La Inteligencia Artificial en contabilidad y derecho: oportunidades y riesgos en 2025
- Editorial Anjona
- 18 sept
- 2 Min. de lectura
Introducción
La inteligencia artificial en contabilidad y derecho ya está transformando el día a día de empresas, despachos y clientes. Lo que antes parecía ciencia ficción, hoy se traduce en softwares que concilian cuentas automáticamente, herramientas que redactan contratos en minutos o algoritmos que detectan fraudes antes de que sucedan.Pero, como toda tecnología disruptiva, también plantea riesgos: ¿qué pasa si un algoritmo se equivoca?, ¿cómo proteger los datos de clientes?, ¿hasta dónde debe llegar la automatización?

Ejemplos en contabilidad
Conciliaciones bancarias automáticas: Plataformas como QuickBooks y Zoho Books ya usan IA para reconocer patrones de gasto, clasificar facturas y cuadrar movimientos sin intervención humana.👉 Un contador que antes tardaba 5 horas revisando facturas, ahora lo hace en 30 minutos, con menor riesgo de error.
Detección de fraudes: Firmas globales usan IA para identificar transacciones atípicas en segundos. Por ejemplo, si un proveedor emite facturas con montos inflados o repetidos, el sistema lo marca antes de que se pague.
Proyecciones en tiempo real: Startups financieras ofrecen dashboards que muestran escenarios de flujo de caja futuros usando datos históricos y predicciones de mercado. Esto ayuda a un CFO a decidir si puede abrir una nueva sucursal sin comprometer liquidez.
Ejemplos en derecho
Contratos inteligentes (Smart Contracts): En operaciones inmobiliarias o acuerdos comerciales, un contrato basado en blockchain libera el pago en cuanto ambas partes cumplen las condiciones, reduciendo fraudes y litigios.
Redacción asistida: Herramientas como ChatGPT legal-tuned o DoNotPay generan borradores de contratos de arrendamiento, convenios de confidencialidad o avisos de privacidad. Un abogado que antes pasaba 3 horas en un contrato estándar, ahora lo revisa en 30 minutos con apoyo de IA.
Búsqueda en jurisprudencia: Plataformas como ROSS Intelligence o Harvey AI analizan miles de casos judiciales en segundos, encontrando argumentos clave que un abogado humano tardaría días en localizar.
Riesgos y retos
Privacidad de datos: si un despacho sube contratos con información confidencial a un software de IA sin protección adecuada, podría exponer datos sensibles.
Dependencia tecnológica: confiar ciegamente en un contrato generado por IA sin revisión humana puede derivar en cláusulas inválidas en tribunales.
Responsabilidad legal: si una empresa actúa según un error de la IA, ¿quién responde? El debate legal sigue abierto.
Conclusión
La inteligencia artificial en contabilidad y derecho no viene a sustituir a contadores y abogados, sino a potenciarlos. Quien sepa combinar criterio humano con tecnología tendrá una ventaja competitiva clara. Los despachos que ya adoptan estas herramientas son más rápidos, reducen costos y ofrecen un servicio más cercano a lo que hoy exige el mercado: agilidad, precisión y seguridad.
Comentarios